La mujer real.

La mujer real, la urbana del siglo XXI, aquella que cada día debe soportar y enfrentarse a las presiones de la sociedad, además de sus respectivos quehaceres.

La chica que comienza a preocuparse por su aspecto desde muy joven, sintiendo la necesidad de ser distinguida del resto, de ser físicamente admirable o simplemente ser alguien que consiga adaptarse a nuestra sociedad inconformista, superando las críticas que la misma nos presenta.

Vivimos en un mundo imperfecto y cada cual intenta encontrar en sí mismo la simetría de su aspecto, o lo que es lo mismo, el origen de la propia belleza. Lo simétrico es bello, y lo bello es lo más cercano a la perfección.

Cada día vemos lo que la sociedad quiere, lo que nosotros establecemos como lo correcto físicamente, y con ello me refiero a algo que seguramente todas hemos pensado alguna vez. Porque no, porque no mido 1.85m, o porque las medidas de mi cuerpo no son las establecidas por el canon de belleza, porque el porcentaje de mi grasa corporal es superior al de cualquiera de ellas, las modelos.

¿Y todo esto a que lleva? A una severa diferenciación de personas del mismo o distinto género. A conocernos, una mujer como tú o como yo. Una mujer de verdad.