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sábado, 27 de octubre de 2012

¿Que es lo que realmente quieres en la vida?

Siempre quieres algo, un tiempo, un objeto, un motivo, un deseo, quieres a las personas, tu familia, tus amigos, le quieres a él.
Vivimos en un mundo inconformista en el que siempre acabas conformándote con algo. No te conformas con tus notas, la ropa que tienes en el armario o los zapatos de tacón en sus miles respectivas cajas, no te conformas con las pinturas, los bolsos, los complementos, no te conformas con la hora de llegada a cada, ni con las fiestas, ni con los amigos que salen, ni si quiera para poneros de acuerdo a la hora de salir.
Y me pregunto entonces:
¿Por qué te conformas con lo que tienes (y para ti no es suficiente) por querer y temer perder a alguien?

domingo, 21 de octubre de 2012

Hay cosas mas esenciales en la vida.

Existen dos grandes tipos de sonrisa. Si, sonreír se puede hacer de dos maneras distintas en función del sentimiento que te lleva a hacer tal gesto. Hay un modo frío de sonreír que consiste en responder positivamente a otras personas ya sea por algo que resulte gracioso o simplemente por cortesía. Este tipo de sonrisa diríamos que no tiene ningún trasfondo, es algo espontáneo nacido en las relaciones sociales, una mueca más entre las muchas otras que realizamos junto al resto de personas. Pero existe otro gesto emanado del mas profundo y sincero sentimiento, aparece cuando sin saber porque necesitas sonreírle al mundo, mostrar físicamente de alguna manera que algo en tu vida te llena plenamente de felicidad. Puede que esa hermosa sonrisa no se la dediques a nadie, puede que lo hagas sin ser consciente de ello en cualquier momento pero, algo en ello es claro, toda sonrisa sincera tiene una causa, un motivo, un sentimiento que te conduce a ella.
Alguien una vez dijo: el día que no sonríes es un día perdido. Pues bien, que nos enseñen a hacer lo que constituye una de las cosas mas esenciales de la vida. Yo sonrío cada día pero lo que importa no es lo que haga. Detente un segundo a meditar el cómo.

Un día sonreí no para alguien, sino por alguien. A ti que fuiste la causa te dedico la que fue la última de esas sonrisas.